sábado, 30 de mayo de 2020

Alejandro Magno

Alejandro Magno fue un gran conquistador que se enfrento a los persas.

Su padre, el monarca Filipo II de Macedonia, había convertido esta región, antaño fronteriza con Grecia y escasamente helenizada, en un poderoso reino que ejercía una pujante hegemonía sobre las ciudades-estado griegas. Filipo II había preparado a su hijo para gobernar, proporcionándole una experiencia militar y encomendando su formación intelectual a Aristóteles, quien despertó en el joven Alejandro su admiración por la cultura griega y las antiguas epopeyas, particularmente por de la Iliáda de Homero. Habiendo ya acreditado su valor y pericia en el campo de batalla, Alejandro sucedió con sólo veinte años a su padre, asesinado en el año 336 a.C.

Alejandro Magno dedicó los primeros años de su reinado a imponer su autoridad sobre los pueblos sometidos a Macedonia, que habían aprovechado la muerte de Filipo para rebelarse. Y enseguida (en el 334) lanzó a su ejército contra el poderoso y extenso Imperio Persa o Aqueménida, fundado dos siglos antes por Ciro el Grande (579-530 a.C.), continuando así la empresa que su padre había iniciado poco antes de morir: una guerra de venganza de los griegos (bajo el liderazgo de Macedonia) contra los persas.

Con un ejército pequeño (unos 30.000 infantes y 5.000 jinetes), Alejandro Magno se impuso invariablemente sobre sus enemigos, merced a su excelente organización y adiestramiento, así como al valor y al genio estratégico que demostró; las innovaciones militares introducidas por Filipo II (como la táctica de la línea oblicua) suministraban ventajas adicionales.

Alejandro recorrió victorioso el Asia Menor (batalla de Gránico, 334), Siria (Issos, 333), Fenicia (asedio de Tiro, 332), Egipto y Mesopotamia (Gaugamela, 331), hasta tomar las capitales persas de Susa (331) y Persépolis (330). El último emperador persa, Darío III, fue asesinado por uno de sus sátrapas o gobernadores provinciales, Bessos, para evitar que se rindiera. Bessos continuó la resistencia contra Alejandro en el Irán oriental.

Una vez conquistada la capital de los persas, Alejandro licenció a las tropas griegas que le habían acompañado durante la campaña y se hizo proclamar emperador, relevando a la dinastía aqueménida. Enseguida lanzó nuevas campañas de conquista hacia el este: derrotó y dio muerte a Bessos y sometió Partia, Aria, Drangiana, Aracosia, Bactriana y Sogdiana.


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